Comenzaba el partido en un Villamarín a rebosar, lleno hasta la bandera para vivir lo que se presuponía un derbi muy interesante. Pero eso solo era al principio del partido. Ambos equipos defraudaron con su juego durante los 90 minutos. La primera parte no tuvo dominio de ningún equipo. Balón va balón viene y muy de vez en cuando alguna ocasión aislada. Nos ibamos al descanso y en la mentalidad de los analistas del fútbol venía la idea de que o cambiaba alguno de los dos su juego o nos ibamos a tragar otra segunda parte sin goles. Y así fue, el Málaga, como no podia ser menos, tomó el timón del partido pero no lo supo aprovechar. Ocasiones sueltas que no acertaron a meter en la portería de Casto. Y empieza la polémica, los cambios del ingeniero Pellegrini que no están gustando nada en Martiricos. Primer cambio, saca a Isco del campo, de los mejores junto con un Toulalan omnipresente y un Joaquin muy motivado por su vuelta a la que fue su casa, y entra Buonanotte, un jugador con mucha calidad pero falta de ritmo como para entrar a resolver un partido como el de ayer. Segundo cambio, sale Rondón y entra Sebas. Tercer cambio, se va el creador del juego blanquiazul Duda y entra un destructos como Camacho. Cambios poco acertados como para sacar los tres puntos del campo de un equipo que llevaba 6 derrotas consecutivas y al que sin querer, el Málaga dio fuerzas. Las mejores ocasiones verdiblancas salían de las botas de un Ezequiel, que saliendo desde el banquillo fue de lo mejor del conjunto local. Un punto para cada equipo, punto que el entrenador visitante parece dar por bueno a juzgar por sus declaraciones. Iván Gómez
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