Fin de la mejor liga del mundo

13 de Mayo de 2012 y todo cambiaba. El Real Madrid ganaba el título al mejor equipo del mundo como es (o era) el F.C.Barcelona con 9 puntos de diferencia. EL conjunto blanco rompía el récord de puntos de la liga, alcanzando el centenar, y también el de goles, pulverizando el ya antiguo récord de los 107 goles del Madrid de Toshack con los 121 conseguidos por el conjunto de José Mourinho. Aún así sigue siendo una liga de dos en la que el Barcelona (con el ganador del zamora por quinto año consecutivo Víctor Valdés y el campeón, también batiendo récords, del pichichi Leo Messi con 50 goles a su favor) sacaba 30 puntos de diferencia con su inmediato perseguidor, el conjunto valencianista entrenado por un Unay Emery de despedida. Tras él llega la sorpresa, un Málaga hecho a base de billetes (como todos los equipos, ya que nadie consigue jugadores con el trueque utilizado antaño o alguna otra estrategia), que tenía como objetivo jugar en Europa la temporada que viene sin importar Europa League o Champions, pero a raíz de los resultados obtenidos el no jugar la fase previa de la Uefa Champions League hubiera sido un fracaso. Tras él, Atlético de Madrid, con plaza asegurada por la reciente victoria de la Europa League, y otro sorprendente, el Levante. El conjunto granota maravilló a sus aficionados con un equipo hecho por descartes de los demás y manteniéndose toda, y repito toda la temporada en lo más alto de la tabla.
Y llegamos a la zona fatídica. Un mal Racing desciende como último clasificado a sabiendas de esto jornadas antes del fin liguero.
Un Sporting que intentó salvar Clemente de la quema se hunde junto al conjunto racinguista.
Pero la mayúscula de las sorpresas la encontramos en el tercer descendido, el Villarreal. Por todos es sabido que este equipo comenzó la temporada jugando Champions League, con un resultado nefasto en la fase de grupos sin obtener un sólo punto. Descendido con jugadores de gran calidad como Borja Valero, Bruno, Nilmar, Rossi, Marcos Senna... Un Villarreal que ha dependido de sí mismo durante las últimas jornadas para no descender y no supo aprovechar la oportunidad.